Por Francisco Balsinha
Los medios de comunicación juegan un papel clave en tiempos de guerra. Estamos siendo testigos de esto nuevamente ahora con el conflicto en Ucrania.
Los medios de comunicación occidentales, ampliamente promocionados como libres y democráticos, han intoxicado la opinión pública de los pueblos americano, inglés y de la Unión Europea, entre otros, difundiendo noticias diarias fuera de la realidad, algunas de ellas constituyendo puras mentiras.
Los profesionales elegidos para preparar las noticias, así como los comentaristas de turno, salvo contadas excepciones, se alinean ordenadamente en el discurso del imperio del Tío Sam.
Por cierto, esta es una condición fundamental para poder trabajar, escribir o hablar en los círculos hegemónicos.
Para estas personas, el honor y la dignidad no importan.
En el caso de los periodistas, tenemos un código de conducta y, para tener la respectiva tarjeta profesional, tenemos que firmar un documento en el que nos comprometemos a respetar ese código, no se entiende cómo, a cambio de dinero, el El código deja de existir y, en su abrumadora mayoría, empiezan a hacer el discurso oficial de la UE y la OTAN.
Ayer, cuando ya se sabía por medios alternativos que la ciudad de Soledar había sido tomada por militares rusos, los medios hegemónicos seguían informando que los militares ucranianos estaban en posesión de la ciudad, la cual, según los argumentos de estas personas, defendían con valentía .
Ejemplos de esta falta de precisión en la información son muchos y cotidianos.
Y no creas que esto solo ocurre en relación al conflicto en Ucrania, lo mismo ocurre en relación a los índices económicos del espacio occidental y en relación a las múltiples manifestaciones públicas que tuvieron lugar en Francia, Bélgica, Alemania, Rep. Checa, Italia, España y en todos los países donde miles de ciudadanos salieron a las calles para expresar su descontento contra la subida del coste de la vida, contra las sanciones impuestas a Rusia e incluso pidiendo que sus países abandonen la OTAN. Ninguna de estas manifestaciones fue mencionada por los medios “libres y democráticos”.
Lo paradójico es que sabemos más de las manifestaciones instigadas por el imperio en Irán, o de las manifestaciones que se han producido en China contra las medidas anti-Covid, que de lo que está pasando en el espacio geográfico donde estamos insertos.
Lo que nos ayuda es el espacio digital, donde todavía podemos buscar información de calidad.
Por lo demás, la “democracia” occidental se reduce a los centros de información americanos y, si queremos ver los canales Russia Today, Sputnik o Hispantv, entre otros, no nos queda otra solución que hacerlo a través de una VPN, teniendo que desembolsar dinero para conseguirlo.
Esto es democracia basada en valores y reglas.